sábado, 30 de mayo de 2015

UN JOVEN EN EL PINAR.


Hace mucho tiempo
un joven de temprana edad,
se hizo a la mar
dispuesto a nuevas aventuras enfrentar.

En un gran buque
atravesó el inmenso mar.
Días y días pasaron
hasta tierra divisar.

En su corazón lleno de nostalgia
llevaba los recuerdos de su tierra amada.
Las miradas de su dulce madre
y de su cantar.

Caminando, caminando
a un lugar llegó,
y su magnífica belleza
lo deslumbró.

Su prados verdes
y el aroma embriagador del tabaco en flor,
dieron a este muchacho
un lugar acogedor.

Después de algún tiempo,
a una bella joven observó.
Dulce su mirada, trigueña su piel,
dulce criolla del Pinar.

En la noche soñaba historias antiguas
contadas por su abuelo
de su país amado
que nunca olvidó.

Con esto mezclaba
los ojos negros de la criollita
que lo esperaba ya.
El amor brotaba de su corazón,
y versos llenos de amor le regaló.

Aquí nació
una bella historia de amor.
Entre un joven audaz
y una criolla del Pinar.
 
Plantaron el suelo fértil 
secándose el uno al otro su sudor.
E hicieron brotar

el tabaco de Vuelta Abajo. 


Un mar verde
se extiende ante ellos,
y escondidos entre sus hojas
intercambian miradas y besos
llenos de amor. 


El vientre de la criollita
fértil como el tabaco de esta tierra es.
En poco tiempo junto a ellos crecen
tres jóvenes fuertes de dulce mirar
y de manos ágiles para trabajar.

De este fuerte árbol nacido en El Pinar
nuevas ramas nacen,
conformando la familia
de la que soy parte también.

El amor de un joven viajero
del País Vasco
con una joven criolla
del Occidente Cubano.


Mezclando sus vidas y tradiciones,
lograron con esta unión,
desafiando la distancia
con el amor.

Amor que en el corazón nunca faltará,
de todos los hijos que con dignidad
llevan en su sangre la estirpe española
y el calor humano de mi Cuba amada.

Amor que vive en cada miembro
de la familia nacida en El Pinar.

Son nuestros ancestros
los que nos mostraron con el tiempo al pasar,
que todo es posible lograr.

Que solo un complemento,
no puede faltar.
Amar, amar y nunca dejar de amar.


Atrapar los sueños
y no dejarlos marchar.

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