GOLONDRINA VIAJERA.

Golondrina Viajera.

Bajo vientos fuertes,
una bella golondrina en una tormenta,
cae ya sin fuerzas,
sobre la arena húmeda en una playa desierta.
Desde lejanas tierras emprendió su marcha,
ha explorar el mundo buscando horizontes,
surcando los mares en su largo volar.
Pobre golondrina,
desmayada está,
parece que su viaje terminado está.

Una joven juega entre las olas del mar,
al volver su rostro la ve sobre la arena y se acerca ya.
La toma en sus manos,
acerca su rostro y con su oído,
escucha el latido tenue de su corazón.
Sonríe, está viva,
la acurruca en su pecho,
le brinda su calor.
Se siente un suspiro.
Sus alas cansadas de tanto volar
sienten ya el calor.
Generosas manos la sostienen,
sus cansados ojos admiran
la cara morena de melena corta y dulce mirar.
La joven canta una canción,
y en ella se narra una historia de amor.
Pobre golondrina, tan cansada está!!!,
Sabe que es de amor por su dulce cantar.

Pasan las horas,
la magia de la joven la hace mejorar
y se lo agradece con un ligero roce en su mejilla.
Ya está dispuesta de nuevo a volar.
Poco a poco extiende sus alas,
y remontando su vuelo, desde lo alto del cielo,
distingue a la joven que en su seno la acurrucó.
Cuanta es su sorpresa!!!,
no lo cree,
abre y cierra sus ojos pues piensa que no es verdad.

Sobre la arena de la playa desierta
una sirena de melena corta y dulce mirar
contempla su vuelo perfecto ya.
Adiós golondrina,
le escucha a lo lejos gritar.
Adiós hermosa sirena,
volveré algún día de mi largo peregrinar.
Tu recuerdo llevo en mi corazón.
Tu calor inmenso hace que mis alas

permanezcan fuertes en mi largo viajar
a lugares lejanos en mi camino al volar.

Mi viaje es seguro y el camino largo,
pero ya no estaré sola.
En mi inconsciencia te escuché decir en un lenguaje que entendí:
Ya no estarás sola bella golondrina.
Tú desde lo alto del cielo,
yo desde lo profundo del mar,
recorreremos juntas el viaje,
y nuevos horizontes ante nuestros ojos descubrir.
Como dos hermanas recorreremos el camino.
No vueles tan alto, recuerda al halcón,
y recuerda que entre los arrecifes yo debo pasar.
Estas palabras se mezclaban en tu canción.
Esta magia de no estar sola fue la que me hizo despertar.
Volar y nadar es nuestra razón.
Si me siento cansada entre tus amables brazos me refugio.
A lo lejos se divisa el horizonte,
la noche ha llegado ya.
Las dos amigas viajeras descansan sobre las quietas olas del mar.

Marielys L.   Mar 2015