jueves, 11 de junio de 2015

LEYENDA DEL RÍO.



 
Si pudiera un día tan solo,
sólo un momento volver a visitar,
las quietas aguas que te conforman y me hacen soñar...
Hace mucho tiempo te dejé de observar.
Llevo tu recuerdo guardado en el corazón,
de tiempos pasados ya guardados en algún rincón.
Tu belleza cautiva al mirar.
Quien fija en ti la mirada, nunca te puede olvidar.
Vienes con paso suave dejándote llevar.
Naces desde las montañas,
entonando a tu paso un sonido para nunca olvidar.
¡Río de mi amada Tierra!
Tu belleza es peculiar.
La vista se pierde en tu largo andar,
llevando en tu nombre una bella historia.




Cuentan que hace mucho tiempo,
junto a tu cauce vivía una tribu india.
En las quietas aguas del lugar
mojaba su cabello largo y suave
una hermosa princesa india.
Todas las mañanas,
cumplía un ritual. 
Su cuerpo flotaba sobre las aguas,
y se dejaba en ellas acurrucar.



Al salir despacio,
tejía con sus manos casi infantiles una larga trenza
que todos celebraban por su gracia y belleza.
Un día, la joven princesa fue flechada por el amor.
Un indio bravío, sus ojos en ella fijó.
¡Pobre princesa india!.
¡No puedes dejarte llevar por tu corazón.
Al nacer, tu padre, el cacique de la tribu,
selló con sangre un compromiso sin amor.
¡Cuánto es el dolor que anida en su corazón
al conocer su triste realidad!
Sus lágrimas sin cesar caen al río,
como lluvia fina en la madrugada invernal.
Su cuerpo descansa sobre las quietas aguas,
En las que desde pequeña solía jugar.


En su remanso se deja descansar,
para no despertar nunca más.
Su larga cabellera negra,
flota sobre las aguas al pasar,
tejida como siempre sus manos solían trenzar.
De esta historia dormida en el tiempo
lleva su nombre el río.
Se conoce como Cuyaguateje, cuyas aguas teje.
Es como se conoce, y desde hace tiempo lo hacen nombrar.
Al observar las aguas cristalinas a su paso,
un hada parece tejer con hilo fino,
la triste historia de la princesa india,
que en ella su cuerpo dejo descansar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario