lunes, 21 de diciembre de 2015

EL CAZADOR DE ESTRELLAS.

EL CAZADOR DE ESTRELLAS.
Eres, el Príncipe grande,
cazador de estrellas,
en el cielo de una noche de verano.
Príncipe encantador de sueños,
en tus ojos ya cansados por el paso del tiempo.


Bellas historias narradas,
escuchadas en mis oídos infantes.
Historias pintorescas,
cubiertas por el polvo,
guardadas con cuidado en un lugar del corazón.


Moldeaste con tus manos y tu imaginación,
la obra más perfecta de toda creación.
No fue de arcilla, piedras, maderas preciosas,
de mármol, granito, plata, oro....
tu mejor creación.
Fue forjada en el tiempo,
con amor.


Amor que cada día se entrega,
apenas sin darnos cuenta,
en una mirada, un gesto,

puede que hasta en un regaño.
Amor que crece,
Amor que buscamos cuando por desgracia no lo encontramos.
Amor que anida y nunca nos abandona.
Amor que duerme a la sombra de un beso,
Amor eterno.



A mi Padre que descansa junto a las estrellas. 20/12/2015.

viernes, 2 de octubre de 2015

BAILE DE PALMERAS.

BAILE DE PALMERAS.
En la campiña verde de mi tierra,
como torres gigantes

se levantan las palmeras.
Al son del viento tu penacho mueves,
abanicando el aire de tu entorno.
Qué gallarda es tu figura!!!!!
Qué hermosa se ve la campiña en flor,

con tu presencia y tu esplendor.
Eres el símbolo de nuestros campos.
Representas la fuerza

y la estirpe de nuestras raíces criollas.
Cuando el viento agita tu penacho,
pareciera que una danza

con muchachas de esbelta figura,
caderas anchas y fina cintura,
al ritmo de una mágica música,
mueven sus cuerpos con una cadencia

no antes vista por singular mirar.
El Sinsonte y el Zunzún con su dulce trinar

y el revolotear de sus alas, junto al viento al pasar,
hacen de este baile mágico,
una armonía y conjunto perfecto

en el baile de palmeras.
Si la luna traviesa quisiera participar de esta fiesta,
daría con su luz al lugar, un espectáculo de admirar.
El teatro perfecto carente de telones y luces artificiales,
sensaciones maravillosas se encuentran,

en horas de la Noche, en mágico lugar.
Solo debes agregar a este conjunto

una pizca de Imaginación.
Dejar volar los  sueños,
acurrucarte en ellos.
Sobre la hierba fina que invade el lugar,
dejar descansar tu cuerpo

y comenzar a soñar...

sábado, 29 de agosto de 2015

LAGRIMAS DE SEDA

LAGRIMAS DE SEDA
Para el dolor, el mejor remedio,
una lágrima de Amor...
Dejarla recorrer tu rostro,
secarla con seda fina,
guardarla en un rincón del corazón.
Oh Lagrimas traviesas...
que llenáis mis ojos,

como las gotas de rocío a un pétalo de rosa.
Oh Lagrimas traviesas...
que sabéis de mis heridas pasadas y recientes.
Sois traviesas, pero amables,

y consejeras de mi Alma.
En la noche clara de luceros,
busco las estrellas más brillantes.
No las cuento!!!.
No son de mi propiedad.
El cielo nocturno las acurruca en su lecho.
Si mis ojos se detienen en una,
le regalo una lágrima de Amor...
Después la atrapo en fino pañuelo de seda,
convirtiéndola cual mágico misterio,
en lágrimas de seda para guardarlas,

y ser parte del tesoro que se alberga en mi corazón.
El beso de mis padres,
el primer llanto de mis hijos,
mi primer beso de amor.
Tengo tantos, tantos tesoros.
La alforja donde los guardo,
cada día va cediendo ante tanto peso.
Soporta el peso vieja amiga!!!,
aun quedan tesoros por guardar.
Podría ser... una puesta de sol!!!,
una lluvia fina acompañada por un hermoso arco iris!!!,
una hoja recién caída que revolotea en el aire!!!,
una brisa de mar!!!.
Tantas, tantas cosas faltan por guardar...
Espera vieja amiga!!!,
Ahora solo guardemos la lágrima de seda.
Puede ser que sean muchas, déjalas entrar.
Siempre existirá un lugar donde poderlas guardar.


miércoles, 26 de agosto de 2015

CULPABLE.

Culpable.
Todos lo sabemos, nuestros defectos, el ser humano es irracional, cruel, infiel, traicionero, envidioso y codicioso, eso todos lo sabemos, es por eso tal vez que muchas veces escondemos algunas de esas des virtudes para no lastimar a los demás.
Encerramos esos demonios para que nadie los vea, pero eso no quiere decir que no estén ahí. Hasta el más perfecto de los ángeles puede caer en la más densa oscuridad.
Eso fue lo que hace mucho aprendí, tal vez por eso es que dudo cuando esta condición nuestra se muestra sin nuestro consentimiento y nos acusa. Después de todo uno nunca sabe cuándo ese demonio pueda salir.
Aquí estoy, el mejor ejemplo posible, encerrada, sacada de mi casa sin discusión y puesta en una prisión, no sé por qué, no me lo han dicho. Recuerdos faltan. En el transcurso de dos días no recuerdo nada, pero la cara de repugnancia de la gente que de cuando en cuando pasa por aquí,  me dice que debe haber sido horrible.
Me dicen que mañana van a hacer el juicio del crimen que según ellos cometí. Dicen que me darán el castigo que me merezco, que de aquí solo me espera la muerte.
Esa noche fue larga. Los sentimientos complejos hacían que todo dejara de tener sentido. Una especie de canario asustado en una jaula. Esa era la imagen que debí dar en ese momento. Por supuesto que era triste, pero las lágrimas no salían por alguna extraña razón.
Aquel juez gordo de fría mirada me miro como presa en un matadero, eso me decía que mi credibilidad sería un cuento de hadas o por lo menos eso presentí.
- ¿Por qué lo hiciste?, ¿qué razones tenías  para matarlo? - Le preguntaron a mi ignorancia.
- No sé nada, no sé de qué se me acusa, ¿quién es esa persona? -  Fue lo que yo le pregunte a la pared.
Fue entonces, cuando ninguno de los dos bandos recibía respuestas que se rindieron. Y me mandaron otra vez a aquel oscuro lugar. Mi sentencia ya estaba decidida desde un principio, la muerte.
Aquella vez, me encontré a mí misma, en un rincón, sin el más mínimo grado de esperanza. Todo había pasado tan rápido que ni siquiera lo atribuía como una realidad. Aquello tal vez era una pesadilla y ya estaba a punto de despertar.
Una mano amiga, aquel que siempre estuvo ahí y nunca se fue,  el que creía en mi inocencia más que yo misma, me ayudo a escapar. Fue entonces cuando sugerí regresar a la casa de aquella que me dio la vida, mi madre.
Nos escondimos ahí, tal vez porque mi subconsciente añoraba recordar físicamente aquel cariño maternal con el que siempre me trató. Tener un consuelo, sentir algo de lo que me dejó y lo que más tarde perdí. Pero solo he descubierto que mi corazón esta tan vacío como este lugar.
Alguien llega, me asomo:
- No salgas- me dijo aquel que junto a mí me apretaba la mano con fuerza.
-Volveré pronto- le dije, dándole un beso en su frente.
No es que supiera que esa persona no me deseaba mal o algo así, y menos que me daría la inesperada noticia de que creía en mí, que solo quería ayudarme. Yo solo quería salir de todo esto lo más rápido posible.
-Ese hombre me dijo que viene ayudarnos- fue lo único que pude decir a aquellos ojos que solo veían por mí y que ahora, sellando un largo abrazo, se mostraban feliz.
Yo no creía en nada, me limitaba a una falsa sonrisa, para calmar su corazón.
Aquel juicio fue más largo de lo que creí, uno tras otro pasaban testigos que conocía y otros que nunca había visto, algunos planteaban mi inocencia con testimonios firmes de mi buena conducta y buen temple. Decían:
- Esta muchacha es tan buena trabajadora, tan competente. Sería una perdida para la sociedad.
Cosas así. Que me hacían plantearme quien era  yo en realidad. Hasta me pareció cómica la pregunta del fiscal:
- Buscamos una asesina o una buena trabajadora.
Por supuesto también hubo aquellos que no perdieron oportunidad para calumniarme por envidias del pasado u otras cosas insignificantes. Hubo una vecina que afirmaba que de niña me vió disecando unas ranas indicando mi carácter psicopático y obrador del diablo, cuando solo se trataba de un proyecto  de ciencia que debía entregar.
Tampoco perdieron tiempo en decir sobre mi personalidad solitaria, y lo extraño de que en toda mi vida solo hubiera tenido un amigo. Cosa que yo encontré lo más normal del mundo viendo que de las personas a mi alrededor él era el único que me hablaba y quería.
El carácter posesivo de mi madre me hizo ser como soy, obviando lo cariñoso y maternal de su ser, conmigo y lo demás .Este juicio era una mentira. Ya me había dado cuenta desde la primera palabra y por eso que no me sorprendí cuando el hombre que me había prometido tanto había dado el golpe de gracia a mi destino.
Una mano agarro la mía con fuerza, pidiendo que no me fuera, que no me llevaran, suplicando por mi inocencia. Pero esa mano fue apartada de mí sin yo poder evitarlo.
- Fe, dónde fuiste? - Me preguntó.
Mi corazón palpitaba fuerte. Sin poder  evitar el pánico me agarre a mí misma en el centro del infierno, y aferrando lo único que me quedaba en posición fetal baje la cabeza. Alguien llegó y alzo la cabeza una vez más para mirarle a la cara al culpable de mi miseria.
Aquel hombre se disculpa y trata de justificarse. No escucho ni la mitad de las palabras para decir que me lo esperaba, que no engañaba a nadie más que a él mismo. Guarda silencio sintiéndose contrariado.
Pido un favor, que me dejara ver a esa persona  por última vez, pero el hombre no dice nada. No promete nada, solo asiente y se va.
Adopté la misma posición de antes esperando una respuesta en el silencio que se me hacía eterna. Aquel hombre potente se paró frente a mi celda, junto con aquel cuyo nombre mencioné. El entra, mientras que el otro se va sin siquiera mirarme una última vez. Creía su deuda saldada.
Él está aquí, me mira en silencio con una mezcla de tristeza y dolor, se sienta tranquilamente  a mi lado. Desde que tengo memoria siempre estuvo ahí, siempre mi amigo y la persona que amo.
Sus ojos me siguen en la inmensa oscuridad como dos lumbres que me guían a él. Pido algo egoísta y me abraza. Actúo como el que ya no tiene que perder y le digo que le amo. Que siempre lo he hecho.
Hago algo que creía imposible  y me asomo ante su rostro, a plantarle un beso que significa todo aquello que pronto perdería, uno que se lleva todo de mí, un adiós vacío y lleno de lágrimas. Él me acepta, pero su voz no me confirma nada, oigo un sollozo y percibo un llanto de quien no soy dueña.
Aún más fuerte me estrecha contra su pecho. No quiere que me vaya, yo tampoco quiero. El agradable calor me hace rendir a una fantasía creada por ambos.
Yo tengo miedo, lo confieso. Miedo de ser aquella que todos dicen. Miedo a llorar sin merecerlo. Miedo a la muerte.
Es hora de irse y nuestros cuerpos no quieren separarse. Violentamente nuestras manos se separan hasta que al fin se sueltan. A él lo alejan y yo me quedo ahí sentada extendiendo mi mano una vez más fuera de las rejas, con una gota de esperanza que se ve mermada casi al momento.
Otra vez en el silencio. Otra vez en el medio de la celda me quedo sola. Tengo miedo y me contengo de llorar porque tal vez no me lo merezco.
En un vacío del que nadie aspira duermo tranquila…tal vez no despierte.

YO MEREZCO UN CORAZÓN.

Yo merezco un corazón.
- Se supone que no debería estar llorando ahora -dijo Bell aún llena de ese sentimiento a los que los humanos llamaban soledad.
Hace muchos años que había pasado aquello, aún así, las tenues lágrimas brotaban de su pálido rostro, el cual nunca envejecía. Él había sido la estrella más bella vista ante sus ojos y Bell había sido la diosa más egoísta. Al tratar de poseerlo no le importo el método o la situación en que sus ojos no fueran embrujados por su brillo.
Pero Bell era desgraciada porque no tenía corazón. Hacía mucho tiempo que su ingenuidad le había dado una oportunidad a un ladrón cruel y despiadado. Se lo robó y en su lugar solo quedó un agujero muy profundo que fue llenado solo por el capricho y la envidia.
El joven lo sabía, y se asustaba cada vez que esos ojos codiciosos se posaban en él.
- Yo merezco un corazón - gritó con todas sus fuerzas, mas su orden se perdía en los confines de un universo escondido en el tiempo.
Ella había jurado que lo obtendría de cualquier forma, así que escondió su rostro con una máscara hechas de nubes y esperanza y se acercó tímidamente, añorando no ser descubierta por el mismo. El joven, sin saber quién era, la recibió felizmente y con su infinita luz iluminó un camino perdido que Bell reconoció como su sonrisa.
Mucho tiempo pasó, y ella aún no se cansaba de ese preciado tiempo que pasaba a su lado. Pero con cada día que pasaba, un sentimiento incómodo cobraba más fuerza. Tenía miedo. Hacía tanto que estaba a su lado que quería más. Estaba asustada de que esa estrella tan atesorada por ella, descubriera esa ilusión que ella había creado y jamás volviera a hablarle.
Algo en ella había cambiado y no sabía qué o porqué, pero cuando lo miraba ella sentía que su corazón había vuelto y latía el doble de veces que antes.
- Extraño. - Pensó - Tal vez si vuelto allá? Después de todo, tal vez me he acostumbrado tanto a ese vacío que ni siquiera lo note.
Entonces sintió la urgencia de salir corriendo a sus brazos. Si su corazón estaba de vuelta, él no tenía por qué temerle.
- Cierto. Después de todo, hemos pasado tanto que sin importar la máscara él amará el verdadero rostro. - Pensaba mientras corría a su encuentro.
Fue entonces, cuando llegó a su destino, que dejó caer el trozo de nube. Descubrió el tierno rostro y un corazón desaforado en latidos expectantes hacia la expresión de su amada estrella. Ésta no pudo hablar por un minuto. Bell sabía que algo andaba mal.
Su estrella solo pudo verse horrorizada por la noticia. Ahora, mermada y sin luz, solo podía temerle y repudiar su mentira. Así que sin más, éste huyo, dejando a Bell ensimismada con la expresión de asombro ante lo que acababa de pasar.
- No debo llorar - Pensó.
- No debes llorar - Le repitió a su corazón.
Pero éste no escuchó, y de pronto, explotó en un mar de lágrimas. Ya no era la misma de antes. Él la había cambiado. Escuchó tantas palabras, tantas falsas promesas, que ahora se clavaban en su pecho como miles de agujas.
- El daño está hecho pero se puede reparar - Escucho decir a su corazón - Levántate Bell. No pares de caminar. Aún existe un camino que debemos recorrer juntos. Las heridas sanarán.
Pero Bell lloraba desconsoladamente. No era lo mismo. Su estrella le había dado un corazón tan triste que ahora quería arrancarlo de su pecho.
Bell pregunto a su corazón:
- ¿Está bien llorar? ¿Está bien desear lo inalcanzable?
Éste no respondió.
- ¿Este dolor tan fuerte acabará algún día, o tal vez no? - Bell prosiguió - Respóndeme  al menos ¿la felicidad existe?
De pronto una luz brillo con fuerza como si le dijera que un final diferente dependía de su elección. Ahora quería levantarse y salir corriendo. Buscar su felicidad agarrarla. Y no dejarla ir jamás.

sábado, 11 de julio de 2015

CORAZÓN CON ALAS.



Se escuchan a lo lejos unas campanas,
¿será el viento inquieto que a su paso las hace vibrar?.
Todo está en silencio.
El vacio se impregna de todo el lugar.
Corazón amigo, cómplice de todas las heridas de mi Alma.
Vuela con tus alas mágicas hacia el Infinito.
Trae contigo una luz para hacerme compañía.
Trae esperanza y mucho amor.
No te olvides viejo amigo,
de cargar contigo las Ilusiones del mañana.
Del Arcoíris que me hace sonreír después de una lluvia fina,
del canto de un ave libre, posada sobre un viejo tronco,
de un árbol que ya olvidó su edad.
Si no es mucho pedirte,
vuela alto, y del cielo, trae una estrella para mí.
Vuela corazón, vuela.
Enciende la vela que se apagó para mí.
Que su luz anide para siempre en mi corazón,

y que al despertar, siempre se encuentre encendida para mí.
Corazón  amigo,
despierta ya.
Como vas a volar?.
No te das cuenta que si vuelas,
te alejas de mí.
Eres un travieso!
Deja de jugar.
Se que estas callado,
Tus latidos en mi pecho,
por momentos siento que me hieren.
Anímate, corazón amigo.
Acompáñame, ríe conmigo.
No me abandones cuando más te necesito.
Continua a mi lado brindando lo que mejor se hacer!
Dar Amor.


viernes, 10 de julio de 2015

HOMENAJE A UNA MADRE.


Flor que naciste libre en el campo,
desde tus primeros pasos en la vida,
demostraste tener una fuerza interior,
una luz, que te haría brillar en el futuro.
De niña, pasaste a joven noble y de gran espíritu.
Te esforzaste mucho e hiciste realidad
los sueños que tanto se añoraban de ti.
Creciste traviesa niña.
Tocaste el cielo con tus sueños.
Tus esperanzas llenaron tu vida,
marcaron el camino, la ruta a seguir.
Tu ejemplo, tu sabiduría, tu amor,
fue la herencia que dejaste para mí.
Te llevo conmigo...
Ilumíname el camino.
Camina siempre junto a mí.
El amor, siempre nos mantendrá unidas,
por toda la eternidad.
Gracias por tu sonrisa.
La llevo grabada en mi corazón.
Cierro mis ojos y logro verte sonreír.
Como Diosa del Olimpo eres para mí.
Madre, Madre Querida!
Sonríe siempre para mí.........